Fernando Fernánsdez, Revista Visión CR.
Apodado el “Papa de los pobres”, Francisco ha dedicado su pontificado a los más desfavorecidos. No obstante habido, por ejemplo, avances limitados en el ámbito de los derechos de la mujer.

Comprometido con los pobres, los migrantes y el medio ambiente, el Papa Francisco ha dedicado su pontificado a los más desfavorecidos. Pero, ¿era realmente tan progresista? El Papa argentino, fallecido el Lunes de Pascua a los 88 años, dedicó su primera visita a la isla italiana de Lampedusa el 8 de julio de 2013. En aquella ocasión, rindió homenaje a los migrantes muertos en el Mediterráneo y denunció «la globalización de la indiferencia» ante su destino.
Evin Incir, eurodiputado socialdemócrata sueco (S&D), declaró a ‘Euronews’: «Era un hombre de paz, un hombre a favor de la dignidad humana, y siempre habló cuando se maltrataba a la gente y cuando los migrantes eran chivos expiatorios y demonizados por fuerzas que no están menos presentes en este Parlamento».
Apodado el ‘Papa de los pobres’, ha multiplicado sus acciones en favor de las personas necesitadas, invitando a personas sin hogar a cenar en el Vaticano e instituyendo una Jornada Mundial de los Pobres. Muy interesado por las cuestiones económicas, el Santo Pontífice denunció también los «excesos de la globalización», las finanzas que «pisotean a las personas» y «la nueva idolatría del dinero». La ecología también estuvo en el centro de su pontificado, al que dedicó su carta encíclica ‘Laudato Si» publicada en 2015.

Derechos humanos
En el ámbito de los derechos de las minorías y de las mujeres, la situación no ha cambiado mucho. Mientras que el líder de la Iglesia Católica ha abierto la bendición del matrimonio a las parejas homosexuales, la puerta del matrimonio religioso sigue cerrada para ellas.
Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres han estado en gran medida ausentes de su pontificado. Durante una visita a Bélgica, el Papa calificó a los médicos abortistas de «asesinos a sueldo» y comparó el aborto con el homicidio.
«No vio que las restricciones a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no pondrán fin a los abortos. Sólo hará que los abortos sean peligrosos y no accesibles para todas las mujeres», dijo Lina Gálvez, eurodiputada española (S&D). «Así que fue un hombre que luchó contra muchas desigualdades, pero parece que estas desigualdades de género y esta falta de derechos de las mujeres no estaban en su mente», añade.
Aunque propuso a las mujeres en el Vaticano, siguen estando excluidas del sacerdocio. La eurodiputada Lina Gálvez no duda en hablar de «oportunidad perdida». La pregunta sigue siendo: ¿fue incapaz, o no quiso, reformar la Iglesia en profundidad?
Antes de Francisco, muchos líderes de la Iglesia católica se centraban en cuestiones de la llamada batalla cultural como el aborto y la anticoncepción. Francisco elevó el cambio climático a una cuestión moral, denunció al capitalismo desenfrenado y aumentó la transparencia financiera dentro del Vaticano. También presionó a los líderes de la Iglesia para que escucharan más a los feligreses en lugar de simplemente emitir edictos, y declaró: “Nosotros, los sacerdotes, no somos los jefes de los laicos”.
Inspiró gran parte de este cambio a través de dos atributos personales distintivos: una humildad refrescante y una compasión por todos que lo llevó a ser llamado el Papa de las Periferias —un líder que habló y actuó en nombre de grupos tradicionalmente marginados por la Iglesia—.
También era conocido por soltar bombas progresistas. Al principio de su papado, dijo que los ateos pueden ir al cielo si llevan vidas honorables. Ese mismo año también dijo: “Si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?”.
El Pontífice, en síntesis, era un hombre conmovido por lo que sucede en los márgenes, en la periferia, donde habitan los excluidos e invisibles, los descartados de un mundo complejo