Por Arturo Fournier, abogado jubilado y exdiplomático.
En el mundo
El 04 de noviembre de 1946 entra en vigor la fundación de la UNESCO, siglas que derivadas del nombre en inglés, que se usan para denominar a la agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Algo muy satisfactorio: tuvo su origen en plena IIª Guerra Mundial, por reuniones de los Ministros de Instrucción Pública de los países aliados, esfuerzo que por dicha se dirigió no sólo a frenar el expansionismo de las fuerzas retrógradas, asesinas y agresivas del nazi-fascismo, sino para preocuparse también por la creación de un organismo que ayudara a mejorar los propósitos culturales y educativos.
Una vez terminada la conflagración mundial, se culminaron los esfuerzos, mediante una Conferencia celebrada en Londres en 1945, donde se aprobó la Constitución, y se acordó que tuviera su sede en París. Entró en vigor un año después, cuando se consiguió que 20 países signatarios depositaran su ratificación.
07 de noviembre de 1917 Revolución Bolchevique, conocida también como “Revolución de octubre”, debido a que en el imperio ruso se usaba en ese entonces el calendario Juliano, que llevaba unos días “de atraso”, con relación al calendario Gregoriano, que es el que usamos todavía hoy en día. Así las cosas, si para la mayor parte del mundo era el 7 de noviembre, para ellos aún corría el mes de octubre.
Fue algo novedoso y extraño, puesto que, si bien existía la teoría marxista desde el siglo XIX, y el sector trabajador-proletario había hecho intentos para que se les reconocieran sus derechos, no habían logrado instaurar un régimen político-social, que estuviera en función de hacer justicia a los sectores más pobres y explotados de la tierra.
Estaba en curso la Iª Guerra Mundial, que agravó muchísimo las míseras condiciones de la población rusa, por lo que se daban muchas peticiones de justicia y equidad, que eran constantemente ignoradas por la monarquía “zarista”, aparte de la desastrosa conducción de la guerra. En febrero se depuso a la familia real, mediante un primer alzamiento liderado por Kerensky, quien no pudo resolver la situación, por lo que hubo más alzamientos y los bolcheviques (nombre que se daba a los comunistas) se alzaron y tomaron el poder, en una alianza de campesinos esclavizados, obreros pauperizados, junto con marineros y soldados hambrientos y oprimidos.
En Costa Rica
El 5 de noviembre de 1811 primer grito de la independencia. Todos conocemos y nos sentimos orgullosos de ser un país independiente, y muchos creemos que fue algo sencillo, acaecido tan sólo un día: el 15 de setiembre de 1821.
Sin embargo, la resistencia contra el dominio y los abusos del imperio español contra nuestra población, la lesión a la economía de estos lares, llamados “colonias”, el resentimiento, tornado en agitación inspirada por el odio, venía desde hacía mucho tiempo, porque la inmensa mayoría de la población, guiada por algunas personas ilustradas, se sentía avasallada por el invasor.
En 1809 hubo un conato de insurrección en Ciudad Real de Chiapas; a mediados de 1810 el Ayuntamiento de Guatemala pretendió negar su reconocimiento al Consejo Supremo de Regencia, para conseguir la autonomía, y en la fecha indicada arriba (5/nov/1811) se sublevaron las ciudades de San Salvador, seguidas por las ciudades de León, Granada y otros pueblos nicaragüenses, agitándose también Tegucigalpa y Chiquimula en Guatemala, a principios de 1812, cuando se fraguó la conspiración conocida como “de Belén” (1812-1813), seguida de una segunda revuelta en San Salvador en 1814.
Se dice que tan sólo nuestra región -que aún no era país-, a pesar de que sus 50.000 habitantes “vegetaban miserablemente en gran aislamiento, privados de muchos de los beneficios de la civilización”, por ser la más pobre y atrasada del Reino de Guatemala, se mantuvo inalterablemente fiel a España; salvo por limitados disturbios en enero de 1812, en protesta contra el estanco del tabaco y del aguardiente (desde entonces importante en nuestra vida diaria).
El 7 de noviembre fue declarado Día de la Democracia Costarricense, porque en 1949 se promulga la Constitución Política que todavía nos rige, una de las más longevas y eficaces de nuestra historia republicana, la cual este año está cumpliendo 75 años de existencia, de haber sido promulgada, entrando en vigor de inmediato, al día siguiente: 8 de noviembre de 1949.
La Constitución es la Ley Suprema, la norma jurídica más importante de un Estado, por lo cual tiene jerarquía superior a todas las demás leyes del ordenamiento jurídico.
Estábamos saliendo del enfrentamiento fratricida, la última guerra civil de nuestra historia, por lo que se convocó a una Asamblea Constituyente, que recibe un nombre diferente al Congreso (Asamblea Legislativa), puesto que no es un órgano ni una Institución permanente, sino convocado y electo ÚNICA y EXCLUSIVAMENTE para discutir y aprobar la Ley Fundamental.
A pesar de que se le impidió participar a los Partidos Republicano y Comunista (Vanguardia Popular), por haber sido los derrotados en la guerra civil, el texto escogido fue de gran avanzada, logrando consolidar el estado social de derecho, con reconocimiento de grandes derechos económicos, garantías individuales, sociales y políticas, que le han dado estabilidad y justicia económica a nuestro país, por casi un siglo.
Hoy en día algunos sectores no ven esta Constitución con buenos ojos, porque añoran la Costa Rica de antaño, inequitativa, injusta y sin derechos, sin los límites ni los contrapesos esenciales de la democracia, razón por la cual no sólo debemos festejar la fecha, sino comprometernos con su defensa, respaldo y vigencia.
Al día siguiente, el 08 de noviembre de 1949, no sólo entró en vigencia la nueva Constitución, sino que la Junta Fundadora de la IIª República entrega el poder al presidente electo Otilio Ulate, un hecho ejemplar para nuestra democracia, porque el grupo vencedor de la guerra civil accedió a entregar el poder al vencedor de las elecciones de 1948. Hecho histórico trascendental para estabilizar el país y garantizar la continuación de la institucionalidad democrática.