La libertad y la paz tienen rostro de mujer

Adriana Núñez, periodista.

Unos pocos años antes de retirarme de la Asamblea Legislativa, me correspondió atender a la ilustre visitante María Corina Machado. Pensaron que por ser de origen cubano y procedente de una familia de exiliados, era yo la persona indicada para conversar con ella. En realidad la valiente mujer -que en esos momentos aún fungía como diputada en su Venezuela natal donde en la misma sede del Congreso, la agredieron a golpes, patadas e insultos- pretendía conversar con los jefes de fracción para ponerles al tanto sobre la situación de su país y solicitarles un gesto de apoyo.

La recogí en la entrada y la acompañé a la antesala del Castillo Azul, donde en esos momentos no había nadie. Tuve la gran oportunidad de conversar con ella mientras esperábamos que algunos diputados se acercaran; intercambiamos experiencias y direcciones. Largos minutos pasaron pero ninguno se apersonaba en el recinto.

Angustiada y con vergüenza ajena, con insistencia me atreví a comunicarme al celular del Presidente del directorio, que en esos momentos era el liberacionista Luis Fernando Mendoza Jiménez. Afortunadamente al poco rato, accedió a compartir con María Corina una breve pero afable conversación y la promesa de poner al tanto a los demás legisladores sobre la situación de la hermana nación sudamericana. Eso fue todo.

Hoy, a pesar de que considero que la oferta de Costa Rica de darle asilo político a ella -y a los dirigentes que están desde hace meses resguardados en la embajada de Argentina en Caracas- es una acción solidaria, en su caso, obviamente no es viable porque Machado es la líder indiscutible de la rebelión pacífica contra los abusos del régimen dictatorial y el fraude orquestado por la administración de Nicolás Maduro y sus secuaces; y por supuesto, es suya la voz que ha exigido desde el primer momento transparencia y respeto para el resultado de las elecciones del pasado 28 de julio.

No obstante, en una eventualidad más grave contra los asilados en el recinto diplomático argentino, la salida hacia Costa Rica es en efecto, una alternativa importante.

María Corina Machado representa la valentía, la disciplina, la entrega en cuerpo y alma a la causa de la libertad y la lucha por la recuperación del sistema democrático en Venezuela. Como tantas mujeres aguerridas en nuestra patria y el mundo, es la personificación de lo que cada ciudadano debe ser en la misión de combatir la corrupción, la impunidad, la inmoralidad y por supuesto, ante el deber de defender los derechos civiles, políticos y sociales de un pueblo.

Mis oraciones están con ella y con el sufrido pueblo venezolano para que, finalmente, brillen la verdad y el respeto por la voluntad popular expresada en las urnas.