Por Carlos Fernández Mora, periodista y escritor.
El General don Federico A. Tinoco Granados, Presidente de la República y a quien sus amigos llamaban cariñosamente “Pelico”, estaba interesado en que los senadores le aprobaran un contrato que su gobierno había celebrado con una compañía extranjera.
El Licenciado don José Astúa Aguilar, gran penalista y Presidente del Senado, que estimaba el contrato perjudicial para el país, le comunicó a Pelico que no sería aprobado.
Al ser rechazado por el Senado de la República, don José se presenta al “Castillo Azul”, y al encontrarse frente a frente con el General Tinoco, se cruzaron palabras fuertes y llegaron hasta desenfundar sus revólveres. En esos momentos llegó don Joaquín, Ministro de la Guerra y hermano de “Pelico”, y al encontrarse allí con el fino humorista Paco Soler, yerno del Licenciado Astúa Aguilar, le pregunta, bastante asombrado:
—“¿Qué es lo que sucede?”
Y Paco Soler le responde de inmediato:
—“Nada mi General. Que mi suegro está tratando de tomarle el pelo a “Pelico”…
*anécdota de Noé Solano.
