Mario Granados Chacón, educador jubilado.
«Hay una buena razón por la que nadie estudia historia, simplemente te enseña demasiado…”
NOAM CHOMSKY
El próximo jueves 27 de febrero –a las 6:30 p.m.- en el Auditorio del Colegio La Salle, presentaré mi úlimo libro titulado OCCIDENTE: UN LARGO CAMINO, recorrido a la luz de la historia, la filosofía, la religión, el derecho, la economía, la política y la ciencia, reto que he asumido con cuidado y dedicación.
¿Será acaso una verdad de Perogrullo que la historia humana de la naturaleza y de la misma vida, merezca ser una narración que consiga ser interpretada de más de un modo o manera?
Una de mis grandes preocupaciones en mis años de ejercicio docente, ha sido corroborar el poco conocimiento de los estudiantes en general – también el de un enorme sector de la población – así como un ordinario desinterés y apatía por el tema, consecuencia relevante de un sistema educativo sin alma y sin metas.
Siempre he sido crítico de un sistema educativo que está muy lejos de brindar al estudiante una contextualización efectiva en el ámbito del conocimiento. Se imparten y se reciben enseñanzas, instrucciones y saberes, no obstante atendiendo particularidades y dejando las perspectivas bajo el criterio y la responsabilidad del aprendiente. Así, los hechos generalmente no se entienden, cayendo en el peligroso abismo de aquel viejo adagio de que lo que no se entiende no interesa.
De tal manera, la integralidad se malgasta a partir del propio fraccionamiento educativo, práctica común en nuestras escuelas colegios y universidades, de por si inclinadas hacia una enseñanza sin pasión ni sentido, en la vorágine de un mundo que resulta ajeno y distante a la propia realidad y por ende a la vida misma. Sin que mi estudio ahonde en este tema específico, he ahí la razón de un proceso de enseñanza aprendizaje sin sentido y por demás pesado y aburrido.
Recordemos, tal como señaló en su momento el científico Carl Sagan, “…el Universo no está obligado a estar en perfecta armonía con la ambición humana…” Tocará entonces construir efectivamente, una nueva sociedad justa y sustentable consolidada a la luz de la complementariedad – de lo complejo y lo simple – donde los principios éticos que le otorgan apoyo, permitan crear conciencia sobre las profundas desigualdades económicas y sociales, sobre la destrucción de los sistemas ecológicos, sobre el hambre, la desnutrición, la guerra, la drogadicción, la corrupción pública y privada, la inseguridad y tantos otros graves problemas que aquejan al mundo de hoy.A partir de este enfoque poesía y matemáticas resultan llamativas. El mundo lógico objetivo se complementa con lo subjetivo y los dobles significados. La vida se concibe como un todo y en el campo de las ciencias sociales, las epistemologías de las mismas se aproximan y se integran.
En tal sentido las denominadas Sociedades Históricas, introdujeron profundos cambios a partir de la Revolución Agrícola y – tal como ha señalado Morin – esa formidable metamorfosis sociológica, las pequeñas sociedades sin agricultura, sin Estado, sin poblaciones y sin ejército, dieron lugar a ciudades, reinos e imperios de muchas decenas de centenares de miles de sujetos, con agricultura, poblaciones, Estado, división del trabajo, clases sociales, guerras, esclavitudy después, grandes religiones y grandes civilizaciones. Todas parecidas, todas diferentes expandiéndose por el planeta. Acudimos entonces al origen de nuestra civilización. Más tarde sumerios, egipcios y pueblos mesoamericanos inventaron la escritura. Lo mismo sucedió en China y en el Valle del Indo. Ahí nació la historia.
Siglos después, el carácter reflexivo griego: de la mitología a la filosofía y el pragmatismo romano: desde la República al Imperio – en Occidente y en Oriente – determinaron el origen de la cultura occidental en una espectacular simbiosis. El estoicismo, el judaísmo, el cristianismo – finalmente religión oficial del Imperio Romano (Imperio Bizantino) – y el mundo germánico, robustecieron más tarde el milenio de la era medieval, al consolidarse la herencia de la antigüedad greco-latina, la expansión del cristianismo y las escuelas filosóficas dentro de su seno – la Patrística y la Escolástica – y el aporte de la cultura germánica.
La Compilación de Justiniano y la recepción del Derecho Romano en Europa, el Imperio Carolingio y su heredero el Sacro Imperio Romano Germánico, la Edad de Oro del Imperio Islámico, las Universidades Medievales, el Feudalismo, la Carta Magna, las Cruzadas y el fin de Constantinopla en manos del Imperio Otomano, resultarán hechos prevalentes de ese extenso milenio medieval que no tuvo nada de oscuro.
El legado histórico-cultural del orbe greco-romano ya se había establecido como el fundamento en el que se erigió históricamente la cultura occidental. Así, el humanista del Renacimiento concurrió en busca de las formas y modelos de la Antigüedad Clásica, como un período de transición entre el medioevo y la Edad Moderna en un contexto europeo entre los siglos XV y XVI, como un movimiento cultural en que aparecieron por primera vez las inquietudes modernas. Maquiavelo, Galileo Galilei, Copérnico y Johanes Kepler – en la coyuntura del Tribunal de la Santa Inquisición – representaron una época de grandes descubrimientos científicos. Acudimos al inicio de una era planetaria, en la coyuntura de la Ruta a las Indias, el Descubrimiento de América y su posterior conquista para dar inicio a un nuevo mundo. Por otra parte, Nicolás de Cusa y Giordano Bruno inauguraron una filosofía moderna. La Reforma Protestante provocó un cambio en el seno eclesiástico,surgiendo además la Teoría de la Soberanía y las monarquías absolutas. Con el nacimiento del Estado Moderno y la aparición de la burguesía, las guerras religiosas europeas se abrió paso a la Paz de Westfalia. Los principios cartesianos, la aparición del liberalismo, la Primera Revolución Industrial, las tesis económicas de Adam Smith y la física clásica de Isaac Newton produjo la consolidación del Gran Paradigma de Occidente y el triunfo de la complacencia por lo racional.
Entonces la modernidad, a través de la Ilustración se convirtió en una nueva realidad político social auspiciando nuevas corrientes ideológicas que conducirán a la Revolución Americana, a la Independencia de los Estados Unidos de América y a la promulgación de la Constitución Política estadounidense eliminando la monarquía absoluta y los títulos nobiliarios, fundando un nuevo sistema político basado en la democracia representativa y el Estado de Derecho.
Las ideas de la Revolución Francesa fueron disemimadas por todo el continente europeo, auspiciando la caída del Antiguo Régimen y más tarde, el ideal napoleónico se concentró en la reglamentación social e institucional a través de la codificación y en la extensión de la Revolución Francesa a otras partes del mundo, consolidando el estado capitalista, lo que trajo como consecuencia el predominio de las 3 corrientes ideológicas de los últimos 150 años y con ello las distintas respuestas socialistas, la identificación del proletariado y los movimientos sindicales resultado inmediato de la Revolución Industrial, así como los movimientos independistas de América Latina. Se hizo presente la Doctrina Monroe y la Doctrina del Destino Manifiesto a partir del Imperialismo histórico estadounidense.
El arribo de las democracias liberales, los tiempos de la época victoriana, la belle epoque, la paz armada y la Segunda Revolución Industrial, fueron el preámbulo de la Primera Guerra Mundial. La Revolución Rusa y la Dictadura del Proletariado, la Gran Depresión Económica y el fascismo, antecedieron la Segunda Guerra Mundial, forjadora de un nuevo orden internacional.
De imediato la Guerra Fría y sus consecuencias mundiales, vino a romper la hegemonía de una de las potencias resultantes, provocando un desmedido entusiasmo que llegó a suponer de manera prematura e infortunada el fin de la Historia. Sin embargo, la materia, la vida y la mente formaron las bases fundamentales de la ciencia contemporánea, la cual desarrolló durante el siglo XX los componentes de 3 grandes revoluciones científcas: la desintegración del núcleo del átomo, la descodificación del núcleo de la célula y el desarrollo del ordenador electrónico. En otras palabras la Revolución Cuántica, la Revolución Biomolecular y la Revolución Informática, originando un tsunami conceptual y estructural que en el corto tiempo de los últimos 35 años, tiene sumido a la humanidad en el contexto de una descomunal incertidumbre. Y la humanidad, que en los últimos siglos fue educada para las certezas, no encuentra el camino para superar su propia realidad, sumida en una auténtica crisis de modo de vida.
