Carlos Manuel Echeverría Esquivel – Exministro a.i. y ex viceministro de OFIPLAN.
He escuchado a la muy despierta diputada frente amplista doña Sofía Guillén, plantear vehementemente, con un verbo cargado de sentimiento y algo de demagogia más que de lógica económica, su posición acerca del proyecto de “ley de armonización del Sistema Eléctrico Nacional”, en su texto substitutivo, expediente 24414.
En esencia, ella plantea que ese proyecto es un ardid para favorecer a “ciertos grupos empresariales ligados a los partidos tradicionales”, a las empresas privadas explotadoras intuyo piensa ella, en su afán de lucrar en un campo tan estratégico como es la energía. Deja clara su posición de que hay que dejar las cosas como están. Mi posición es que eso nos liquidaría como país y con ello “se lleva en banda” los sueños de la juventud que se levanta y con justas aspiraciones de triunfar.
Comete doña Sofía un error fundamental: se centra en mantener el status quo para favorecer al ICE como si éste fuera un fin en sí mismo. Se olvida del desafío que tiene el país de asegurar el abastecimiento futuro de la energía, sin la que el desarrollo por la vía de un progreso sostenido es imposible.
Este servidor en su análisis, se interesa más que por el ICE, por asegurar el abastecimiento a futuro de la energía limpia y ojalá renovable, que el país requiere y requerirá. Este ha de ser el objetivo supremo energético del país. Por las particularidades estratégicas del sector en cuestión y por lo valioso que ha sido el Instituto Costarricense de Electricidad a través de los años, aunque no tanto en los últimos cuando ha fallado estrepitosamente en planificación y costeo de obras, considero necesario que el estado costarricense cuente con su ICE pero redimensionado.
La situación es la siguiente: la matriz energética de Costa Rica es conformada por aproximadamente un 65% de hidrocarburos, importados con la consecuente fuga de divisas que bien servirían para otras importaciones en el campo de la salud, por ejemplo; contaminantes, además. Cerca de un 35% corresponde a la electricidad casi toda y casi siempre de fuente renovable interna, aunque cada vez se depende más del MER centroamericano.
Esta composición de la matriz es totalmente inadecuada en el presente y futuro. Con los recursos energéticos potenciales y renovables que tiene el país, no deberíamos tener esa matriz: debería ser al menos al revés, con el 65% electricidad de fuentes renovables e internas. Eso implica no solo prever las necesidades futuras del mercado actual, sino pensar en la transformación del rubro “transportes” hoy super dominado por los hidrocarburos, así como abastecer de electricidad negocios para el país y fuentes de empleo para multitud de jóvenes, como espero lo sea la inserción de Costa Rica en la cadena de producción de semiconductores electrónicos, una vez que amaine por realismo el Huracán Trump.
La realidad -y doña Sofia debería saberlo- es que el ICE no tiene la capacidad técnica, ni el volumen operativo, ni la capacidad de generación de fondos de su propia operación, ni de endeudamiento, para por si casi solo, abastecer a futuro el consumo productivo y hogareño de fuentes nacionales y hacer lo propio con las nuevas exigencias ya mencionadas, más la posibilidad de exportar electricidad vía el MER. Ergo, no queda otra que transformar el mercado eléctrico nacional a uno abierto, donde participe el ICE, en una posición preferencial pero no de dominio casi absoluto, como instancia clave estatal generadora y distributiva, en forma similar a como ha sucedido con el INS, las “Us” públicas, los bancos del estado y el propio ICE con las telecomunicaciones.
Doña Sofia es muy joven, como para acordarse de literalmente los meses que había que esperar para que el ICE accediera a darle a uno la “línea fija” requerida. Eso quedó atrás gracias a la beneficiosa competencia, que se da en telecomunicaciones y los otros rubros mencionados.
Doña Sofía demagógicamente, critica a Chile porque tuvo un apagón, perono menciona ninguno de los famosos apagones de Nueva York, donde la energía es provista por HydroQuebec, prestigiosa empresa pública canadiense, amiga del ICE por cierto, como debe de ser. Esas cosas pasan, como pasan los accidentes aéreos y nadie pretende estatizar las líneas aéreas; risible la aseveración luego de las tortas del ICE.Criticar a Chile como lo hizo, es una barbaridad, siendo Chile lo que es. Critiquemos en todo caso a Cuba y Venezuela, por las deficiencias de sus modelos económicos y el mal gobierno en ambos casos, no por limitaciones comerciales impuestas desde el exterior.
No voy por falta de espacio o para no hacer este artículo demasiado largo, a caer en la trampa de analizar detalladamente el mencionado proyecto de ley, que, sin ser perfecto, ni blindarnos en un entorno evolutivo, si es un paso fundamental en la dirección correcta, si lo que nos interesa es el desarrollo y el progreso sostenido hacia aquel, más que propiciar a que el ICE siga teniendo su injustificado para los tiempos presente y futuro, dominio del sector.
El proyecto es desarrollista y balanceado. En congruencia con la ley 6227, la General de la Administración Pública, establece claramente la rectoría del MINAE (artículo 6) y plantea un Ente Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional, el ECOSEN, en el que los representantes de los entes públicos pertinentes, incluyendo al ICE y su subsidiaria la CNFL, son los que predominan apabullantemente (artículo 21). Plantea un ente tipo bolsa de comercio, al que se opone doña Sofía, lo que me parece trasnochado. Da la impresión de que doña Sofía tiene animadversión a la plusvalía capitalista, lo cual da luces sobre la esencia de su orientación ideológica, en el ámbito quizás de la marxista, donde la plusvalía se ve como algo nocivo; una visión ya superada salvo que sea desmedida, ante el fracaso de las economías de planificación centralizada y precios manipulados, basadas en la noción hoy desacreditada, del socialismo científico.
El mecanismo de bolsa o mercado mayorista, es coadyuvante a la deseable transparencia, hoy ausente en las negociaciones energéticas del ICE. El artículo 59 plantea un empate con la Comisión de la Promoción de la Competencia, que deja evidencia pues ignora el artículo, la manipulación que hace doña Sofia y por ende el Frente Amplio de un aspecto clave como es la competencia.
Me gustaría que el proyecto vinculara más al SEN con el Sistema Nacional de Planificación (ley 5525 y sus modificaciones), por razones obvias, si consideramos la energía como un insumo clave para el desarrollo. No me gusta que se juegue con otras leyes como se hace en el artículo 55, especialmente con el caso de la “Ley de Empleo Público”, que la quieren dejar como un queso Gruyere…solo hoyos.
Esa es la situación. Tiene la palabra nuestra Asamblea Legislativa. O status quo mantenido hipotecando la posibilidad de desarrollo o plantear la organización necesaria para transformar nuestra matriz energética y asegurar la energía a futuro a un nivel económico digno de un país OCDE.
