Federico Paredes, analista agroambiental.

Allá por la década de los ochenta sonaron las sirenas de alarma en todo el mundo, por un daño ambiental que tenía dimensiones planetarias. Se trataba de la progresiva destrucción de un escudo natural de la Tierra, conocido como la Capa de Ozono.
El ozono es un gas que está constituido por tres átomos de oxígeno (O3), es incoloro y tiene un olor penetrante. Se le encuentra en la atmósfera terrestre en pequeñas cantidades y tiene dos caras: puede ser bueno y puede ser malo.
En su condición de elemento que forma la Capa de Ozono en la estratosfera, cumple la vital función de proteger la vida en el Planeta, de los potentes rayos ultravioleta del Sol.

Por otra parte, el llamado “ozono malo” es un elemento contaminante, que se forma a partir de ciertas reacciones químicas que se dan entre óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles, en presencia de la luz solar.
De no existir el ozono en la troposfera, es decir, de no contar con ese filtro natural, la vida en el Planeta se vería afectada tanto en humanos como en animales, con problemas respiratorios, daños en la nariz y la garganta e irritación de los ojos (hasta llegar a producir ceguera).

De hecho, ya en aquellas décadas de los 80/90, las noticias habían reportado ceguera en rebaños de ovejas en Chile, merced a esta anomalía atmosférica.
Ahora bien, como un coadyuvante en varios campos de la vida humana, el ozono es muy útil para desinfectar el agua y convertirla en potable, para procesar las aguas residuales y para purificar el aire en los sistemas de ventilación.
Por ejemplo, la industria alimentaria ha sacado su buen provecho de este elemento con el fin deextender la vida útil de los alimentos frescos yprotegerlos así de diversos patógenos.
igualmente, en el campo médico se ha logrado utilizar el O3 en algunas aplicaciones, sobre todo en afecciones dermatológicas y para ayudar a cicatrizarciertas heridas.

Pero repasemos un poco los factores que han incidido en el deterioro de la ozonosfera, también conocida como la capa de ozono.
La pregunta obligada es ¿Cuáles son los factores que inciden en el daño de esta importante capa?
Muy ligado al tema del ozono está el término cloro-fluoro-carbono (CFC), que no es otra cosa que un átomo de carbono acompañado de uno de cloro y otro de flúor.
Todos los envases metálicos que contenían desodorantes, lacas, pinturas, insecticidas caseros, odorizadores ambientales, refrigeradoras, cremas para decorar repostería y similares, requerían un gas propelente que, al pulsar la tecla o botón para expelerlos, eran impulsados sin problemas.
Ese gas propelente era, ni más ni menos, que un CFC. Se cumplía muy bien con la función para la cual había sido diseñado, pero se producía el efecto colateral de afectar la capa de ozono.

En su momento más crítico, los físicos de la atmósfera reportaron que la dimensión del hueco en esta capa tenía el tamaño de Australia -acercándose a la dimensión total de los Estados Unidos en su parte continental-.
Este hecho ya fue suficiente para empezar a tomar acciones directas con la idea de eliminar a los CFC y a sus “primos”, los hidro-cloro-fluoro-carbonos (HCFC), de todos losproductos comerciales.
Después de varias décadas, tanto el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), como la Organización Meteorológica Mundial (OMM), con gran satisfacción han reportado que este gran orificio en la capa de ozono se ha reducido significativamente y que, de seguir esta tendencia, su recuperación estaría para 2066 con los niveles que tenía en 1980 y en otras regiones del mundo, para 2040.
En 2024 este agujero sobre la Antártida fue uno de los más pequeños registrados desde que se inició su restauración en 1992.

Pareciera que el esfuerzo mundial ha rendido sus frutos, ya que se ha logrado llegar a un 99% de abandono de las sustancias dañinas desde que este reto se empezó en 1989.
Lo interesante es que al reducir el agujero del ozono estamos además contribuyendo a mitigar el calentamiento global, ya que muchas de las sustancias que afectan el ozono son GEI (Gases de Efecto Invernadero), promotores directos de la crisis climática.
Con lo relatado anteriormente se puede ver que tanto con lo del ozono, como con el desordenclimático, se da una sinergia que, abordada de forma responsable por instituciones internacionales, así como por el compromiso de los países y las grandes industrias y corporaciones mundiales, es perfectamente posible subsanar los enormes problemas ambientales que trascienden las meras fronteras de los países.